26 de julio de 2022

El vicepresidente del BCU expuso ante concesionarios de automotores sobre la coyuntura y las perspectivas de la economía

El vicepresidente del Banco Central del Uruguay (BCU), Washington Ribeiro, expuso ante socios y directivos de la Asociación de Concesionarios de Marcas de Automotores (ASCOMA) sobre la visión de la institución en cuanto a la coyuntura y las perspectivas de la economía.


En su presentación, denominada “Coyuntura económica y perspectivas: visión desde el BCU”, el economista Ribeiro comenzó por hacer un repaso de la agenda iniciada en  2021 sobre la necesidad de ir hacia una moneda de calidad y el nuevo marco de la política monetaria. 

Enfatizó que la inflación alta y la dolarización no solamente afectan el crecimiento de largo plazo, hacen más amplio el ciclo del producto y perjudican la política monetaria y estabilidad financiera, sino que también “erosionan los ingresos de los hogares y de los trabajadores y desestimulan la inversión”. 

En este sentido, sostuvo que “el combate a la inflación está en nuestro mandato legal, pero además es aquello que nos motiva a trabajar día a día”.

A continuación explicó la “agenda dual” que se llevó a cabo a partir de la declaración de emergencia sanitaria en marzo de 2020, con la política monetaria expansiva y las políticas macro-prudenciales, por un lado, y con la institucionalidad de la política monetaria, por otro.

El economista Washington Ribeiro destacó que si bien la política monetaria expansiva está contraindicada para el combate de la inflación, fue necesaria en ese momento para mantener la liquidez en la economía dadas las circunstancias económicas provocadas por la pandemia. Y enumeró, una a una, las políticas macro-prudenciales que se llevaron a cabo como el cómputo de créditos nuevos para encajes, la liberación de encajes en moneda nacional  el aumento de plazos de vencimiento de créditos, la flexibilización de normas contables para la categorización de créditos reestructurados, entre otras.

En relación con la institucionalidad de la política monetaria mencionó las medidas que se realizaron a esos efectos: el aumento de frecuencia de reuniones del Comité de Política Monetaria (COPOM) con un monitoreo permanente del desempeño de la economía; los mensajes sobre la orientación futura de la política monetaria añadidos al comunicado del COPOM; la incorporación de la minuta de reunión del COPOM; el relanzamiento de encuesta a analistas; el cronograma de mejoras en el Informe de Política Monetaria (IPOM); la publicación de la encuesta de empresarios del Instituto Nacional de Estadística (INE) que lidera el BCU; la entrega de un producto nuevo de política monetaria en formato newsletter dirigido a empresarios y público en general con un lenguaje más cercano, el cambio de instrumento de política monetaria de agregados monetarios a tasa de interés; la reducción del rango meta de inflación que pasó de ubicarse entre 3% y 7% a entre 3% y 6%.

Ribeiro explicó cómo el BCU ajustó la tasa de política monetaria para lograr el objetivo de inflación teniendo en cuenta el contexto macroeconómico: “El pasaje a tasas de interés se implementó con el objetivo de mantener la instancia expansiva de la política monetaria en una fase inicial de la emergencia sanitaria.”

“Conforme se constataron indicadores firmes de crecimiento económico junto con presiones inflacionarias y expectativas de inflación superiores al rango objetivo, el sesgo de la política monetaria se tornó contractivo; no obstante la instancia continuó siendo expansiva previo al conflicto ruso en Ucrania.”

Por último, Ribeiro reiteró que ser autocomplaciente no es una opción: “Ratificamos nuestro compromiso con el rango meta. La única inflación que nos resulta confortable es la que se ubica dentro de éste”.

“No nos motiva la ortodoxia sino la convicción de que esta es una condición necesaria para proteger los ingresos de los uruguayos, promover estabilidad financiera y propender a más inversión y trabajo”, dijo el vicepresidente del BCU.