En el marco del taller de
Macroeconomía Internacional del Virtual Forum RIDGE 2020 se realizó el panel “Financial Stability aftermath of COVID”, donde se discutieron los desafíos que la pandemia del Covid-19 plantea para la estabilidad financiera, con un foco en la región.
Lilliana Rojas, basó parte de su presentación en el reporte del Center for Global Development del BID:
“Sound Banks for Healtht Economies” que ella y Andrew Powell lideraron. Planteó que previo a la pandemia, los bancos latinoamericanos contaban con elevados niveles de capital, como consecuencia de mejoras en la calidad de supervisión y de la mayor independencia de bancos centrales y autoridades supervisoras. De todas maneras, expresó que la pandemia dejó expuestas vulnerabilidades preexistentes y generó nuevas amenazas para el sistema financiero.
Rojas enfocó su presentación en cuatro factores que están afectando la estabilidad financiera como consecuencia del COVID-19, los cuales presentan como elemento en común la incertidumbre. El primer factor mencionado es la pérdida permanente de ingresos y actividad económica que incrementa el riesgo de crédito. El PIB per cápita de la mayoría de los países sufrió caídas significativas, lo cual se ha traducido en un incremento en el riesgo de crédito (no pago) y en el refinanciamiento de empresas y hogares. En ese contexto, señaló que se visualiza que la tendencia de rebajas de calificaciones a la deuda corporativa de empresas latinoamericanas continuará en 2021.
El segundo punto es el impacto de la postergación del repago de créditos bancarios, autorizada en la mayoría de los países. Los bancos no están reconociendo en sus balances los mayores riesgos que están asumiendo y están otorgando créditos sin conocer la situación de sus clientes, por lo que se puede estar tratando una crisis de solvencia como una de liquidez. El BID recomienda que el diferimiento de pagos sea temporal y que se exija a los bancos que continúen monitoreando la calidad de los tomadores de crédito. A su vez, Rojas sostiene que las previsiones deben continuarse realizando sobre la base de pérdidas esperadas, lo que afectará a los buffers de capital, pero justamente ellos estarán cumpliendo su función. Finalmente, resaltó la importancia de mantener la independencia supervisora.
El tercer elemento que resaltó son los programas de garantía de crédito, en especial a pequeñas empresas, que han llevado adelante varios gobiernos. La recomendación que surge del reporte conjunto es que las garantías son más apropiadas para las empresas medianas con deuda moderada. Para otro tipo de firmas se necesitan instrumentos alternativos como inyecciones de capital, instrumento que puede ser muy peligroso si no es usado adecuadamente, en el reporte se detalla la forma en la que recomiendan su uso.
Finalmente, Rojas planteó como una amenaza a la estabilidad financiera el riesgo soberano, ya que los bonos soberanos representan una cantidad sustancial de los activos de los bancos. Dado que hay muchos inversores extranjeros que poseen bonos locales en moneda nacional, la baja en el valor de los activos que resultaría de las ventas de estos títulos se traduciría en un deterioro en la hoja de balance de las instituciones bancarias.
Rojas concluyó su presentación expresando que, si bien la existencia de flujos de capitales hacia Latinoamérica señala optimismo en el mercado, esto no debe distraernos de las vulnerabilidades que se están construyendo y que necesitan políticas de calidad para ser tratadas.
Martín Rama, compartió la visión de Rojas y destacó que esta crisis es muy diferente a las anteriores, por lo que presenta nuevos desafíos a los hacedores de política. Basó su presentación en el reporte
“The cost of staying healthy” del Banco Mundial. Nos hizo reflexionar sobre cómo manejar los trade-off entre los costos sanitarios y los económicos. En cuanto a los costos sanitarios (medidos en muertes por millón de habitantes), presentó los resultados de un trabajo de su autoría, que muestra que las cuarentenas obligatorias han sido mucho más efectivas en países desarrollados. Dentro de Latinoamérica, se observan diversas combinaciones de costos sanitarios y económicos. A modo de ejemplo, Uruguay, Paraguay y Guatemala han tenido un costo moderado - presentando una caída del crecimiento del producto en torno a 5%-, y un menor número de muertes que el resto de Latinoamérica, donde los costos sanitarios y económicos de la pandemia han sido más altos.
Asimismo, señaló que una dificultad adicional en esta crisis ha sido la incertidumbre, no solo asociada al virus sino también la incertidumbre relacionada a la economía. Los modelos utilizados hasta ahora pueden no ser adecuados para captar la situación actual, donde nos enfrentamos a una crisis que afecta la oferta, la demanda y el sistema financiero, diferente a cualquier otra crisis. Rama presentó los resultados de otro trabajo en el que utilizó datos de alta frecuencia de emisión de dióxido de nitrógeno (emitido por automóviles, chimeneas, etc.). De acuerdo al modelo utilizado, las caídas del producto estimadas son menores a los modelos tradicionales (4% vs 8%).
Respecto al sistema financiero, coincidió con Rojas que estaban sanos previo a la crisis. A pesar de las perspectivas económicas negativas, la tasa de crecimiento del crédito se ha mantenido igual, o incluso ha aumentado en la mayoría de los países latinoamericanos entre febrero y junio del 2020. Esto es producto de las medidas tomadas por los gobiernos, que a su vez acarrean riesgos sustanciales y no son sostenibles en el mediano plazo. Según su visión, hay incertidumbre sobre la continuidad del ritmo de crecimiento del crédito.
La mayoría de los estímulos fiscales realizados por los gobiernos fueron transferencias sociales a los hogares y al sistema de salud, y en menor proporción, apoyo a las firmas. Según Rama, las medidas de apoyo a los hogares fueron muy importantes para sostener la actividad económica, dado que tienen un efecto multiplicador, incluso mayor que en las economías avanzadas. Señaló que estos estímulos no pueden durar para siempre y que restaurar los balances fiscales será una prioridad en breve. Sin embargo, dado el incremento en la deuda pública de la mayoría de los países, Rama duda sobre la existencia de espacio fiscal para continuar este tipo de medidas por un año más. Finalizó reflexionando sobre las oportunidades de transformación y crecimiento que surgen como consecuencia de la crisis.
Hyun Song Shin se centró en la dimensión fiscal de la crisis actual. Tituló su presentación “Superar el pecado original en la respuesta fiscal al Covid-19”. Con pecado original refiere al endeudamiento en moneda extranjera de los países emergentes.
Shin mostró que los paquetes fiscales de respuesta a la pandemia han sido en general muy importantes, siendo mayores en los países desarrollados que en los emergentes. Esto ha generado que tanto el déficit fiscal como la deuda pública hayan aumentado en todos los países. Shin analizó la composición de la deuda pública según la moneda y el tipo de inversor. Explicó que luego de la crisis de los 90', la emisión de deuda en moneda local ha sido un objetivo de política en las economías emergentes, y con la excepción de algunos casos, los países han conseguido aumentar la proporción de deuda en dicha moneda. Sin embargo, esto no asegura que los países estén aislados de las condiciones financieras globales, dado que los inversores extranjeros van a medir sus retornos en moneda extranjera. Es por esto que Shin analizó la deuda soberana emitida en moneda nacional que se encuentra en poder de inversores extranjeros.
Para ilustrar este problema, analizó la perspectiva de los acreedores extranjeros de los países emergentes, mostrando lo arriesgado de tomar deuda emitida en moneda local. En esta circunstancia un aumento en la tasa de interés internacional repercute negativamente en el rendimiento de esta inversión medida en moneda extranjera por dos vías. La primera es la habitual pérdida de valor nominal del bono al aumentar la tasa de interés. La pérdida de valor adicional radica en la desvalorización de la moneda de denominación del bono.
Shin planteó que en marzo se observaron salidas de capitales en moneda local. En simultáneo, las monedas de los países emergentes se depreciaron. Actualmente, aunque las condiciones financieras se han normalizado, los flujos de capitales retornaron en forma de bonos soberanos en moneda extranjera pero no en moneda local. Dado que no se puede depender de los mercados soberanos domésticos, se cuestiona cuánto espacio fiscal hay. Actualmente hay un activo debate sobre cuál es el límite real del espacio fiscal. El panelista sostuvo que hay quienes dicen que no hay límites, pero para los mercados emergentes los límites son visibles y el recuerdo de las anteriores crisis fiscales aún está presente.
En síntesis, los 3 panelistas coincidieron en que la actual pandemia presenta importantes desafíos para la estabilidad financiera y que son y serán necesarias políticas de calidad para poder enfrentarlos.
Puede ver el video de la conferencia “Financial Stability aftermath of COVID” insertado a continuación o acceder a través del siguiente link: ver video en Vimeo