Comprende las cuentas acreedoras que tienen por objeto registrar las operaciones concernientes a la gestión y conservación de bienes ajenos, así como otras de control interno de la empresa de intermediación financiera que se relacionan con cuentas que figuran en cuentas integrales del balance.
Estas cuentas en ningún caso producen afectación patrimonial para la empresa por las operaciones que ellas representan.