El presidente del Banco Central del Uruguay (BCU), Guillermo Tolosa, destacó ante inversores internacionales en Washington D. C. que, por primera vez en dos décadas, las expectativas de inflación del sector privado se alinearon con la meta del Banco Central, lo que marca la eliminación de la brecha de credibilidad y consolida la confianza en la política monetaria de Uruguay.
“En los últimos seis meses las expectativas se anclaron (...). La ‘brecha de credibilidad’ desapareció por primera vez en 20 años. Es histórico para nuestro Banco Central”, enfatizó Tolosa.
La reducción de las expectativas de inflación trae aparejada una serie de beneficios. En primer lugar, la credibilidad induce inversión extranjera y logra mantener bajos los spreads —la diferencia entre la tasa de los bonos uruguayos y la de referencia internacional— , con un impacto significativo en los pagos de intereses de las cuentas fiscales.
Además, el anclaje de expectativas hace que la caída de la inflación resulte más sustentable. Esto se debe a que la reducción de expectativas impacta directamente sobre la dinámica de la inflación de servicios o de bienes no transables. De esta manera, se acorta la diferencia entre la inflación de bienes transables (que principalmente se comercian con el mundo) y los no transables (asociados fundamentalmente a los servicios).
“La última vez que bajamos la inflación, en 2023-2024, había una brecha significativa —de unos siete puntos porcentuales— entre la inflación de bienes transables y no transables. Por primera vez, la inflación no transable está dentro del rango de tolerancia, lo que permite que la caída de la inflación general sea sostenible”, dijo.
De este modo, el logro de una inflación baja y estable ahora se sustenta en una posición externa sostenible y una configuración saludable de precios relativos en la economía, algo inédito para Uruguay.
Al mismo tiempo, remarcó el hito de que, gracias al liderazgo del Ministerio de Economía y Finanzas y la coordinación con el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, las pautas salariales se implementaron sin desviaciones respecto a la meta, mientras que el proyecto de Ley de Presupuesto incorporó una proyección de inflación igual a la meta. A su juicio, son dos señales claras de compromiso del gobierno con la estabilidad de precios, lo que refuerza la credibilidad y las expectativas.
Además, enfatizó el ajuste estructural al régimen monetario, orientado a fortalecer la transmisión de la política y la credibilidad de las proyecciones, a partir de una estrategia de desdolarización “audaz” y del cambio en la indexación de contratos. Esto permitirá que, en el primer año, los ajustes salariales se realicen únicamente según la inflación subyacente y solo si supera un umbral determinado.
Asimismo, Tolosa destacó otras fortalezas de Uruguay, como la resiliencia ante los shocks provenientes de los países de la región debido a la baja exposición comercial y financiera.
En ese sentido, puntualizó que el país ha consolidado una estructura de exposición que se considera única y particularmente beneficiosa en el actual entorno de reglas de juego volátiles a nivel global. “La economía uruguaya ha logrado una de las integraciones internacionales más diversificadas y una exposición a distintos mercados más equilibrada de toda América Latina”, subrayó. A modo de ejemplo, resaltó los atributos del país en términos de su reducida dependencia de mercados específicos y el balance significativo en su exposición a China, la región latinoamericana y Europa.
Por otra parte, Tolosa se refirió a que Uruguay ofrece una combinación única de estabilidad macroeconómica, fortaleza institucional, sostenibilidad y previsibilidad, en un mundo donde esas características son cada vez más escasas.
El presidente del Banco Central asistió a las reuniones junto al ministro de Economía y Finanzas, Gabriel Oddone, y al director de la Unidad de Gestión de Deuda del MEF, Herman Kamil.
Las Reuniones Anuales del FMI y del Grupo del Banco Mundial reúnen cada año a representantes de bancos centrales, ministros de finanzas y de desarrollo, ejecutivos del sector privado, representantes de la sociedad civil y académicos para analizar el estado de la economía mundial y los principales temas de interés internacional, como las perspectivas de crecimiento, la estabilidad financiera y la reducción de la pobreza.
Durante las Reuniones Anuales, los presidentes de bancos centrales y ministros de finanzas mantienen encuentros con los principales actores del sistema financiero internacional —fondos de inversión, bancos globales, calificadoras de riesgo y organismos multilaterales— que administran los flujos de capital hacia los países emergentes. Estas instancias permiten presentar de primera mano la situación macroeconómica del país, fortalecer la confianza en la política económica y consolidar la reputación de Uruguay ante los mercados internacionales.