El estudio analiza la evolución y características globales de los Informes de Estabilidad Financiera (IEF) desde 1996, abarcando 142 países con publicaciones disponibles hasta 2021. Se examinan los factores que influyen en la publicación de los informes, como el nivel de desarrollo económico, el número de habitantes, la madurez del sistema financiero y la evaluación crediticia. Los resultados muestran que los países con mayores ingresos, sistemas financieros más desarrollados y mejor calificación de deuda soberana son más propensos a publicar IEF, especialmente en Europa y América.
El 95.7% de los informes son emitidos por bancos centrales o bancos regionales, lo que refleja su rol central en el mantenimiento de la estabilidad financiera. Sin embargo, la frecuencia de publicación varía: el 57% son anuales, el 42.3% semestrales y un pequeño porcentaje es bienal. La extensión de los informes también fluctúa, con una media de 83 páginas, más largos en Asia y Europa, y más breves en África y Oceanía.
En cuanto a los contenidos, casi todos los informes analizan los sectores financiero, real y público, con especial énfasis en los riesgos. Los riesgos más evaluados incluyen los de mercado, crédito, liquidez, solvencia y riesgos macroeconómicos. Además, un 47.9% de los informes ya incorporan riesgos climáticos, reflejando una creciente preocupación por la transición verde.
Sin embargo, existe un desequilibrio en el tratamiento de vulnerabilidades: aunque el 98.3% de los informes las mencionan, solo cinco países ofrecen una definición explícita. Las vulnerabilidades se reconocen como factores que amplifican los efectos de los riesgos, pero la mayoría de los informes les dedica poca atención relativa. Solo algunos países, como Canadá, Noruega o Sudáfrica, analizan las vulnerabilidades con mayor profundidad, utilizando índices o mapas de calor para su evaluación.
La estructura de los IEF ha evolucionado, adoptando enfoques más completos que incluyen secciones sobre pruebas de estrés, políticas macroprudenciales y análisis de sectores específicos como, por ejemplo, el inmobiliario. Además, los bancos centrales están implementando herramientas digitales tales como infografías y videos para hacer los informes más accesibles al público.
En síntesis, los IEF se han convertido en una herramienta para monitorear y comunicar la estabilidad financiera, aunque persisten desafíos en la integración de vulnerabilidades y en la mejora de la comunicación. El estudio propone profundizar sobre los principales temas de interés de los bancos centrales, su desarrollo histórico, la integración de los riesgos climáticos en los IEF y los principios de diseño detrás de las pruebas de estrés de estabilidad financiera para mejorar la comprensión de los métodos y tendencias que dan forma a las evaluaciones de estabilidad financiera.
Conclusiones
La publicación de IEF ha crecido en número y alcance, especialmente en países con mayor desarrollo económico, sistemas financieros maduros y gobiernos estables. Los países de altos ingresos, mayor población, con mercados de capitales desarrollados, alta inclusión financiera y mejor calificación crediticia, son más propensos a publicarlos. Aunque las crisis y la pandemia afectaron los tiempos de publicación, no redujeron su relevancia. A su vez, los bancos centrales están adoptando herramientas digitales para hacer los informes más accesibles y comprensibles para el público.
Documento de trabajo
 | Landaberry, M. V., Casaravilla, V., Marrero, R., Nova, S., Rodríguez, V. & Taroco, S. (2025). Global Trends and Practices in Financial Stability Reporting: A Comparative Analysis.
Documento de trabajo, 004-2025. Banco Central del Uruguay.
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