El Presidente del BCU participó de un desayuno de trabajo organizado por la Cámara Oficial Española de Comercio, Industria y Navegación. En la oportunidad expuso sobre "La economía uruguaya ante un entorno crecientemente complejo".
Bergara inició su exposición repasando la complejidad de los desafíos que plantea el contexto regional y mundial, considerando que en la región el deterioro ha sido más acelerado de lo que se preveía. Señaló que Uruguay no está ajeno a la incertidumbre y la volatilidad del mundo, que obliga a pensar en términos de oportunidades y riegos."El enfoque de la política económica tiene que ser un enfoque de manejo de riesgos y para ello debe tener una estrategia para mitigar las vulnerabildiades. En definitiva la política económica tiene como norte, en estos tiempos de incertidumbre e inestabilidad, trabajar para la estabilidad", dijo.
En base a este escenario el Presidente del BCU señaló que el enfoque de la política económica no debe despegarse de una visión integral de las políticas públicas."Siempre hemos dicho que la política económica y social no tiene un único objetivo, no podemos ser fundamentalistas. Hay que balancear los objetivos en forma sistemática".
Es neceserario que todos los objetivos se resuelvan en forma simultánea. Inflación bajo control, preservar la competitividad de las empresas uruguayas, cuentas públicas con una trayectoria sustentable y estabilidad financiera. "No es factible pensar que uno puede resolver una de estas cosas olvidándose del resto. Necesitamos de todas estas cosas para generar un proceso de crecimiento y desarrollo", expresó.
Sobre la situación de EEUU y la posibilidad de que la reserva federal incremente las tasas, manifestó, "el mundo normal no es el de las tasas de interés cero o el del dólar débil".
En cuanto a Brasil señaló que todos ven el problema en el tipo de cambio, pero la realidad indica que los inconvenientes van más allá que la sobrerreacción al tipo de cambio, hay problemas económicos, financieros, de expectativas y políticos, "estamos en el medio de la turbulencia y se regfleja en el real. Debemos mirar equilibradamente al mundo y no solo Brasil", concluyó.
Uruguay se para frente a esta realidad con una economía en crecimiento, con desaceleración, con una sólida posición financiera en materia de reservas, con mucho acceso al mercado internacional de capitales y con una deuda neta estabilizada.
Sobre el sector exportador Bergara señaló que el problema está en áreas en donde se redujo la demanda por los problemas internos de algunos países y no por los precios.
Destacó el manejo cambiario que ha llevado adelante el BCU señalando que de la misma forma que cuando el país se vió inundado de dólares el banco salió comprar para evitar las volatilidades y el exceso de apreciación de nuestra moneda, ahora en un contexto en donde el dólar se fortalece a nivel mundial, el banco revierte ese proceso a través de distintos mecanismos que permiten evitar oscilaciones bruscas en el tipo de cambio. Este proceso que implicó el uso de 2400 millones de dólares de reservas, repercutió en la caída de 4000 millones en la deuda de corto plazo."Se está dando un proceso saludable y que además era previsible".
Al cierre de su exposición reiteró la importancia de actuar "con mesura". "Construimos una plataforma que nos permite navegar con seguridad en la complejidad del mundo actual".
Se preguntó luego, "¿qué percepción tiene el ciudadano cuando le dicen que la solución del problema es que el dólar pegue un salto brusco y la inflación se salga de control? Se asocia una solución a algo que es sinónimo de problemas en toda la historia contemporánea del Uruguay.Una inflación elevada no contribuye ni a la estabilidad ni a la competitividad e influye en las decisiones que afectan a la productividad, a la demanda doméstica y a la inversión".
Por último resaltó la importancia en cuanto al cuidado de operar sobre las expectativas pues estas condicionan la toma de decisiones."Alentar la desatención al proceso inflacionario, alentar saltos bruscos del tipo de cambio y asociarlo con lo vivido durante la crisis del 2002, roza con la imprudencia".