El Banco Mundial (BM) presentó el
Diagnóstico Sistemático de País 2015 mediante un panel con autoridades nacionales que integró presidente del Banco Central del Uruguay (BCU), Mario Bergara. Se analizaron los desafíos de mantener los logros de los últimos años ante un contexto internacional menos favorable para el modelo de crecimiento de Uruguay.
Cómo sostener un modelo de crecimiento basado en altas competencias, productividad e innovación y un pacto social que se centra en la equidad, en un contexto más desafiante, se pregunta el informe denominado “Los desafíos de crecer con equidad – Diagnóstico Sistemático de País” del Grupo Banco Mundial.
El informe caracteriza al país como una economía pequeña y abierta y con un fuerte contrato social.
De acuerdo con el estudio, cabe preguntarse cómo sostener en el contexto actual los procesos que condujeron a logros como la reducción de las vulnerabilidades frente a shocks externos, diversificación de las exportaciones, erradicación casi total de la pobreza, reducción considerable de la pobreza moderada, crecimiento de la clase media y reducción de la desigualdad.
El panel de discusión estuvo integrado por la ministra de Desarrollo Social, Marina Arismendi; el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro; el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Álvaro García; el presidente del Banco Central del Uruguay, Mario Bergara; y el director del Banco Mundial para Argentina, Paraguay y Uruguay, Jesko Hentschel.
El presidente del BCU sostuvo que “Uruguay debe seguir mirando a la inversión porque es la que genera competitividad y empleo” y, además, destacó que “los niveles de inversión siguen siendo pujantes”.
Bergara afirmó que “hay que tomar nota de condiciones que van cambiando, pero no necesariamente en clave de desastre”. En ese sentido, mostró como ejemplo el fortalecimiento del dólar y el crecimiento de la economía china que se estima alcanzará el 6,5%.
En el caso del país asiático, Bergara explicó los cambios en la estructura de su crecimiento a partir de la variación en la importancia de sus componentes: disminuyen las exportaciones y las inversiones, pero aumenta el consumo interno. El resultado, según Bergara, es que “la demanda por alimentos no necesariamente caerá”, lo que favorecería a Uruguay como exportador de estos productos.
Con relación a la desaceleración de las economías de Argentina y Brasil, reconoció la preocupación, pero puntualizó que las consecuencias a Uruguay son menores en comparación con años anteriores. Por ejemplo, mencionó que en 2011 Uruguay le exportaba más del 20% de su producción a la Argentina y hoy es apenas un 5%.
En cuanto a Brasil, Bergara reconoció que si bien es un socio importante, las exportaciones principalmente de commodities que se dirigían al país norteño pueden colocarse en otros mercados. Por último, el presidente del BCU enfatizó también en este rubro haber diversificado exportaciones como principal logro, al igual que con las inversiones, lo que permite estar menos expuesto a la volatilidad de la región.