El presidente del Banco Central del Uruguay (BCU), Mario Bergara, disertó ante un centenar de empresarios asociados a la Cámara Oficial Española de Comercio, Industria y Navegación (CAMACOES) acerca del impacto de las condiciones globales en la economía uruguaya y el enfoque de política económica para mantener los equilibrios.
En el denominado desayuno de consulta, Bergara recordó la importancia de comprender las señales del mundo para afrontar con responsabilidad las presiones a la economía principalmente por la vía del flujo de capitales que pone presión sobre el tipo de cambio.
En su presentación, denominada "
Que este mundo entreverado no nos entrevere", el presidente del BCU recordó que los mercados financieros estaban en estado de exuberancia y “afortunadamente algunas correcciones están empezando a suceder”.
“En cada momento que exista ruido los capitales se refugian en el dólar, condicionados por las expectativas a nivel global”, dijo el presidente del BCU. A su vez, ejemplificó que en la actualidad la novedad de las criptomonedas no hace más que agregar volatilidad a los mercados, lo cual representa un "elemento de preocupación para los reguladores a nivel internacional”, señaló.
En ese sentido explicó la importancia de mantener la flexibilidad cambiaria con criterios de intervención basados en no ir contra los fundamentos, acompañar la evolución global, reducir la volatilidad y prevenir las apreciaciones o depreciaciones excesivas.
El presidente del BCU mostró optimismo respecto al comportamiento de la economía uruguaya principalmente debido a la demanda doméstica y las exportaciones, que muestran un crecimiento en torno al 10%.
En el terreno fiscal, Bergara ratificó la sostenibilidad de la deuda (en torno al 30% neto del PIB) y con una perspectiva de crecimiento de la economía estimado en torno a 3%-3,5% para este año. En ese escenario, recordó que los analistas internacionales mantienen su percepción acerca de la fortaleza financiera de Uruguay.
No obstante, el presidente del BCU repasó varios desafíos que tiene el país por delante. Entre ellos, mencionó que el crecimiento de la economía no se refleja en mejoras en los niveles de empleo. En este aspecto explicó que esta variable opera con rezago con respecto a la evolución económica; en parte como consecuencia de la dinámica tecnológica.
Respecto a la inflación ratificó como saludable la preocupación que genera en la sociedad una suba como la de febrero, ya que esto colabora con el trabajo que realiza el Banco Central.
“Bienvenida la preocupación, porque muestra que la sociedad ha madurado mucho este tema después de medio siglo de inflación de dos y tres dígitos. Para el Banco Central es más fácil explicar su trabajo con una sociedad más consciente”, sostuvo.
Asimismo, señaló que “tenemos estabilidad de precios y mucha capacidad de los agentes para navegar con una inflación como la actual sin que se alteren sus decisiones económicas”.
No obstante, dijo que hay que seguir trabajando basados en que la expectativa de inflación de los agentes continúa en torno al 7% (techo del rango meta).
En ese sentido, recordó que el enfoque de la política económica es de atender múltiples objetivos, con mayor énfasis sobre alguno, pero "sin dramatismo" respecto a ninguno.