Montevideo, 7 de mayo de 2019

Comunicado del Comité de Estabilidad Financiera

​​El Comité de Estabilidad Financiera se reunió en el día de la fecha para evaluar la situación del sistema financiero y los potenciales riesgos que podrían afectarle. Se concluyó que el sistema financiero doméstico se encuentra estable y operando con normalidad. ​En este sentido, el mismo es capaz de facilitar el desempeño presente y futuro de la economía, al tiempo que cuenta con capacidades suficientes para gestionar los riesgos a los que se encuentra expuesto. 

Se identificaron varios factores globales que potencialmente podrían incidir negativamente sobre la estabilidad financiera doméstica. Nuevos eventos de corrección, de corta duración, en los mercados financieros internacionales en diciembre de 2018 se agregan a los ya observados en febrero y octubre de ese año. En ese sentido, la corrección de diciembre respondería al riesgo de escalada del conflicto comercial entre EE.UU. y China, a la reducción del crecimiento del comercio mundial y a la incertidumbre sobre el proceso de salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit). 
​​​A pesar de ello, las principales bolsas continúan en niveles que podrían estar desacoplados de los fundamentos reales de las respectivas economías. Estas condiciones financieras, en un contexto de creciente incertidumbre política, podrían generar cambios bruscos en el escenario financiero internacional y determinar eventos de mayor volatilidad. 
En la región, se han acentuado los desequilibrios macroeconómicos en un marco de fuerte tensión social e incertidumbre política. En Brasil, si bien se observan signos de recuperación, el desempeño durante el 2019 dependerá, en gran medida, de la capacidad del gobierno para lograr acuerdos políticos que permitan reducir el déficit fiscal. En Argentina, si bien los desembolsos correspondientes al acuerdo stand by vigente con el Fondo Monetario Internacional se han producido con normalidad, el ajuste acordado implica un gran compromiso en materia fiscal que, en el marco de elecciones presidenciales en 2019, resulta especialmente desafiante. A ello se agrega la reciente depreciación de la moneda, la persistente alta inflación y una reducción del déficit de cuenta corriente como consecuencia de la caída de las importaciones. A pesar del contexto regional, los factores de riesgo que podrían derivar en un deterioro de la situación macroeconómica doméstica con impacto sobre la estabilidad financiera se mantienen acotados. Las autoridades económicas continúan trabajando para asegurar la sostenibilidad de las cuentas públicas a mediano plazo y complementar las otras capacidades para la gestión de riesgos con que cuenta el país: la flexibilidad cambiaria, el nivel de reservas internacionales, la estructura de endeudamiento, las líneas de crédito precautorio en el sector público, entre otras, lo que se ve reflejado en bajos diferenciales de crédito soberano. Los indicadores de los usuarios de crédito y del sector bancario se mantienen en niveles adecuados. Los indicadores de solvencia, liquidez y riesgo de tipo de cambio implícito del sector bancario son buenos. Los índices de morosidad mejoran en sectores económicos importantes. El nivel de previsiones bancarias por incobrabilidad es adecuado, al tiempo que las partes involucradas cuentan con capacidades financieras para manejar este riesgo. Una vez evaluados los factores de riesgo se concluyó que el más relevante es el vinculado a la situación regional. De todos modos, la materialización de los riesgos identificados no tendría impactos significativos sobre la estabilidad del sistema financiero doméstico. Esto se debe a la solidez del propio sistema, a su baja exposición a los riesgos identificados, así como a la naturaleza de los mismos y a las capacidades de la economía uruguaya para su gestión. El mapa de riesgos para la estabilidad financiera en Uruguay no muestra, entonces, señales de alerta ya que por su naturaleza, probabilidad de ocurrencia, impacto potencial y capacidades de gestión, los riesgos identificados podrían ser procesados por el propio sistema financiero sin ocasionar perturbaciones de carácter sistémico. La situación del sistema financiero doméstico y los riesgos para su estabilidad continuará siendo monitoreada por el Comité en el lapso que medie hasta su próxima reunión, fijada para el cuarto trimestre de 2019.